“No hay noche, por larga que sea, que no vea el día.” Shakespeare.
La palabra Trauma proviene del griego y significa “herida”. El trauma psicológico hace referencia a todo suceso o experiencias muy impactantes (que pueden ser sucesivas o acumulativas) y que desbordan la capacidad de la persona para poder procesarlos. Esta se ve inundada por la cantidad o la fuerza de las emociones vividas. La respuesta traumática puede aparecer inmediatamente después del evento que la originó, pero en algunos casos se demora incluso años.
Porque esa herida o experiencia dolorosa nos marcó en el pasado y actualmente sigue afectándonos, limitándonos en nuestro crecimiento
personal y haciéndonos presa de la negatividad y el miedo. Estas experiencias están asociadas a trastornos físicos y mentales que pueden afectar
no sólo a los sobrevivientes, sino también a sus familiares por el resto de sus vidas si no son tratados adecuadamente. Y es que el impacto de los
traumas va más allá de lo individual, afectando la relación de pareja, la familia, los hijos y trasmitiéndose a las generaciones siguientes. Por
eso es importante tratarlo, evitar que se vuelva crónico, resolverlo con intervenciones que hayan probado su eficacia en esta área.
A continuación enunciamos las situaciones presentadas con mayor prevalencia: pérdidas de seres queridos, situaciones surgidas a causa
de conflictos armados, abuso sexual, violencia de género y doméstica, impacto psicológico producido por enfermedades médicas; situaciones de
desplazamiento, impacto psicológico producido por necesidades básicas insatisfechas (pobreza extrema, abandono, etc.); impacto psicológico
producido por eventos naturales (inundaciones, avalanchas, incendios, desbordamientos, etc.); impacto psicológico producido por accidentes de
tráfico, asaltos, accidentes laborales entre otros. Se incluyen eventos como catástrofes naturales, torturas y exilio, traumas infantiles, violación,
criminalidad por violencia, paro y trauma psíquico, enfermedades que amenazan la vida y acoso escolar y laboral.
Suele aparecer la siguiente tríada sintomática, que puede darse en forma conjunta, o uno de los síntomas por separado:
1. Reexperimentación: recuerdos involuntarios de los sucesos traumáticos, pesadillas o repetición sobre sensaciones, imágenes o recuerdos fragmentados y mezclados.
2. Evitación de aquellos estímulos que recuerden el acontecimiento traumático: pensamientos, lugares, personas, emociones.
3.-Alteraciones del funcionamiento psicofisiológico: trastornos del sueño, irritabilidad, dificultades de concentración de la atención, hipervigilancia (estar en guardia), síntomas de ansiedad.
Con respecto a la personalidad se pueden observar cambios notorios como el embotamiento emocional, la desconfianza ante los desconocidos, un sentimiento de soledad profunda y de injusticia, tener una visión pesimista del mundo y de las relaciones humanas.
Con el tratamiento perseguimos aliviar el sufrimiento humano provocado por el trauma psicológico, para así frenar el ciclo de sufrimiento y violencia que generan nuevas situaciones adversas. Intervenimos sobre los síntomas y trastornos asociados, tanto mentales como psicosomáticos.
Pretendemos promover el aprendizaje de nuevas habilidades, logrando que la persona pueda integrar estos hechos en su biografía y consiga crecer con los mismos. Además, exploramos el impacto del trauma sobre la pareja, sobre la familia y los hijos y ofrecemos orientación y tratamiento, a fin de actuar sobre las dificultades que la persona traumatizada genera en su entorno. Pero también el entorno contribuye a reforzar y mantener los síntomas del trauma. Por eso trabajamos en un doble sentido, mejorando las relaciones de la persona con los que le rodean.
Con relación a los métodos, a nivel individual trabajo con la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma y con el EMDR, que son los métodos que han probado un mayor grado de eficacia en el tratamiento de estos problemas. Empleo también técnicas de Arteterapia para la expresión y canalización de emociones vinculadas al trauma. Así mismo, el trabajo con parejas y familias afectadas por traumas lo realizo desde el enfoque sistémico y la terapia para pareja centrada en las emociones.
Me he especializado en el tratamiento de parejas que se han visto afectadas por experiencias traumáticas, sucedidas antes de la formación de la pareja o ya una vez que esta se ha constituido. Algunas de estas experiencias son: los abusos sexuales, las pérdidas traumáticas de seres queridos ya sea por muerte o por separación o divorcio, la violencia de género y doméstica, los traumas infantiles, el abandono emocional, los atentados terroristas, los accidentes de tráfico. Otras situaciones traumatizantes y que afectan a la pareja son: el impacto de enfermedades médicas, de situaciones de pobreza extrema, el paro laboral, el acoso laboral, la amenaza de enfermedades graves etc.
Esos sucesos traumáticos influyen negativamente en el modo en que las parejas se relacionan. El problema es que muchas parejas
desconocen los efectos de estas experiencias en sus relaciones, que crean dificultades para comunicarse, entenderse y poder contactar a un nivel íntimo de un modo satisfactorio. La persona traumatizada es presa de un miedo enorme a volver a ser herida, tiene miedo a confiar, a abrirse. . Se encierra, se aísla o puede atacar a su pareja; está irritable, a la defensiva, le hace a ella lo que le hicieron a sí mismo. La forma en que la pareja responde puede reforzar estos comportamientos o contribuye a eliminarlos. Por eso el tratamiento de parejas es importante, para que la pareja aprende a apoyarse en las dificultades y saldrá fortalecida o, por el contrario, la vida familiar se convierte en un infierno. Un paciente me decía: “el mundo me ha hecho mucho daño, es muy duro que la persona con la que vives me haga daño todos los días”. Y es que él no era del todo consciente de que su trauma había secuestrado la relación y estaba irritable, se alteraba con facilidad, y facilitaba el que ella se pusiese a la defensiva, entrando los dos en un círculo vicioso de discusiones destructivas.
Muy importante es el hecho de que los hijos, si los hay, se ven perjudicados por esas dinámicas de pareja y que los efectos de los traumas sin resolver se trasladan a las siguientes generaciones.
El trabajo con trauma psicológico, la investigación y el tratamiento de los mismos es una de las áreas donde más he podido aprender y
desarrollarme como profesional. En la unidad de Trastornos Afectivos del Sepa de la UMU trabajé con personas afectadas por la pérdida de seres queridos y cuyo proceso de duelo se había complicado. Muchas de esas pérdidas fueron traumáticas al ocurrir de forma brusca e inesperada y estar vinculadas a accidentes, o enfermedades con un deterioro fulminante. Esta experiencia me ha servido para atender, en la actualidad, a personas que han sufrido pérdidas por el Coronavirus.
En la actualidad soy la presidenta de la Asociación para la prevención, tratamiento e investigación del trauma psicológico, Asociación de Psicotrauma, donde realizamos diversos tratamientos para personas afectadas por traumas e investigamos y publicamos acerca de los mismos. Como Miembro del Dispositivo para la Atención y Tratamiento psicológico a mujeres víctimas de violencia familiar y a sus hijas e hijos del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia, desde 1997 hasta el 2010, tuve la oportunidad de tratar numerosos casos de violencia de género y doméstica. Desde 1996, he atendido en mi consulta privada varios casos de personas que han padecido abusos sexuales, que han experimentadoaccidentes de tráfico o han vivido algún tipo de pérdida traumática.
Desde el año 2007 hasta la actualidad, he estado colaborando con la Asociación Murciana de Víctimas del Terrorismo (AMUVITE) en la
atención psicológica individual de este colectivo, en el diagnóstico, y el tratamiento clínico de las víctimas del terrorismo y sus familiares, como parte de programas subvencionados por el Ministerio del Interior y la Fundación de Víctimas de Terrorismo. En la actualidad soy Miembro del equipo de investigación: Psicología de la salud, de la Universidad de Murcia. En la Universidad Complutense de Madrid realicé mi tesis doctoral, investigando sobre la efectividad de la Terapia de Pareja en el tratamiento de los traumas. Diseñé un Protocolo de tratamiento de gran utilidad en el área de la terapia de pareja, siendo pionero en el mundo en el tratamiento de las víctimas del terrorismo.
En la Asociación Yemanyá pude atender a personas inmigrantes y en situación social desfavorecida que habían padecido situaciones traumáticas debido al paro y la situación de crisis económica tanto en sus países de origen como en España.